Cuando el fuego no me consumió — y aprendí a sostenerme

Después de tantas noches de ansiedad, de preguntas sin respuesta y de momentos donde mi alma parecía hundirse, encontré algo que me salvó: el acto simple de escribir y cocinar. No lo hice para ser chef. Lo hice para sobrevivir.

🍽️ Este blog no es una vitrina de perfección

Es un espacio sincero. Aquí cuento lo que no se dice en voz alta:

  • Que la ansiedad no tiene horario.

  • Que la depresión no siempre se nota en el rostro.

  • Que el corazón roto no se cura con consejos rápidos.

Pero también cuento que se puede salir adelante, paso a paso.

🧘🏽‍♂️ ¿Cómo lo hice?

  1. Cambié el ruido por recetas En lugar de pensar todo el día en lo que perdí, me puse a cocinar algo nuevo.

  2. Escribí sin filtros Cada entrada que ves aquí tiene parte de mi alma. No es solo comida, es recuperación.

  3. Pedí ayuda y me rodeé de luz Me acerqué a Dios, a libros, a personas buenas. No cerré la puerta a quien quiso guiarme.

🌱 Mensaje para ti, que estás leyendo esto

No sé lo que estás atravesando. Tal vez estás luchando contra la ansiedad. Tal vez perdiste a alguien. Tal vez te cuesta levantarte cada mañana…

Pero déjame decirte: No estás solo. Y aunque no tengo todas las respuestas, tengo una receta que sí funciona:

“Ocupa tu tiempo en algo que alimente tu propósito. Lo demás, llegará en su momento.”

🍲 Próxima receta: Sopa suave para días intensos

En la siguiente entrada, te comparto una receta ligera para días pesados. Porque así como hay palabras que alivian, también hay sabores que sanan.

La vida tiene muchos matices, pero los sabores la hacen inolvidable.

Valoramos tu Opinion ⭐️⭐️⭐️⭐️🌟

Deja una respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.