Tacos al pastor con helado y una cucharada de confianza


Ingredientes de una cita a lo "L y E"

-1 dosis de nervios por si no llegaba  

-1 llegada en el momento justo  

-2 conos de helado (el suyo de Oreo, el m铆o de mango)  

-1 confesi贸n entre cucharadas.     (“no he desayunado”)  

-1 reacci贸n firme que inspira confianza  

-2 boletos de cine en la mano  

-1 carrera estilo Jefferson P茅rez por El Recreo  

-1 orden de tacos al pastor (ella eligi贸 bien)  

-1 jalape帽o valiente que fue prueba de fuego  

-1 pel铆cula con dragones volando y corazones acelerados  

-1 cruce de dedos sutil que lo dijo todo.      (spotlight del dia.)

-1 me gustas dicho bajito + 1 “no s茅 qu茅 decir” que fue suficiente.   

-1 chocolate con coincidencia deliciosa  

-0 caf茅s, pero un aroma clarito a te quiero seguir conociendo.


馃懆‍馃嵆  Manos a la Obra..

1. Todo empez贸 con la duda.

No sab铆a si ella iba a ir. Y aunque el plan era relajado, como me gusta, la duda caminaba conmigo hasta que la vi llegar. Justo a tiempo. Como quien no necesita anunciar nada, pero cambia todo con aparecer.


2. Nos sentamos a comer helado, y pas贸 algo simple pero bonito.

Le pregunt茅 qu茅 quer铆a y me dijo ah铆 mismo, sin filtros:  

—Me gusta el helado de Oreo.

Entonces ped铆 ese para ella. Yo, como siempre, algo m谩s extra帽o: mango.  

Nos sentamos. Nos mir谩bamos. Convers谩bamos con esa vibra suave que no se fuerza. Le ofrec铆 probar el m铆o. Lo hizo sin miedo:  

—Est谩 amargo —dijo, y sonri贸.

Y eso me gust贸 m谩s que si me hubiera dicho que le encantaba. Porque confi贸. Porque lo intent贸. Porque hay belleza en quien se atreve a probar lo que no conoce sin hacerle mala cara.

3. En esa misma pausa, vino el dato que me marc贸.  

—¿Desayunaste? —le pregunt茅.  

—No —me dijo, firme. Sincera. Sin vueltas y eso me encanta de ella.

Y ah铆 entend铆 que el helado fue su primer bocado del d铆a. Que yo, sin saberlo, le serv铆 el postre como desayuno. Y que a pesar de eso, ella sonre铆a como si nada le faltara.

4. Compramos las entradas… y nos toc贸 "correr".

Todo iba con calma hasta que miramos la hora. ¡20 minutos para comer! Ah铆 activamos el modo rally, pasillos del Recreo y todo. Riendo, con hambre, esquivando gente. Te juro que si segu铆amos as铆, Jefferson P茅rez nos daba la bendici贸n ol铆mpica.

5. Y como en todas las buenas historias: apareci贸 la comida. 

Entre lo de siempre, se abri贸 paso un local mexicano. Ella pidi贸 tacos al pastor, y yo, con mi toque sabros贸n, le ofrec铆 un jalape帽o. Dud贸, me mir贸 como “¿en serio?”, pero lo prob贸 igual. Lo resisti贸. Y aunque s茅 que lo picante no es lo suyo, sonri贸 con esa serenidad que me desconcierta en el mejor sentido.


6. Entramos al cine justo a tiempo, y ah铆… sucedi贸.

Dragones en pantalla. Silencio c贸modo. Manos cerca.

Y en un momento perfecto, sus dedos se cruzaron con los m铆os . As铆, sin aviso. Suaves. Lentos. Y se quedaron ah铆 por unos segundos que todav铆a guardo como si fueran m铆os.

Fue el  spotlight del d铆a , sin dudas.

7. Le dije lo que sent铆a, con el tono justo.

—Me gustas —le susurr茅.  

No s茅 qu茅 decir… —me respondi贸.

Y no hizo falta que dijera m谩s.

8. Salimos, y para cerrar, ese detalle que me lo confirm贸 todo. 

Un chocolate. Le pregunt茅 cu谩l le gustaba. Escogi贸 uno que, sorpresa... Es tambi茅n mi favorito no se lo dije. 

Y ah铆 entend铆: s铆, tiene buen gusto. Por eso tal vez le gusto yo tambi茅n.

Sin postres artificiales. 

No hubo caf茅. Pero si un dragon rojo en "pantalla gigante". como la vez anterior, el de su espalda que no pude ver. Pero s铆 hubo helado antes del desayuno, tacos compartidos, dedos entrelazados, y una despedida con una sensaci贸n rara: la de haber cocinado algo bonito… sin darnos cuenta.

¿Ser谩 que le gusta esta receta como ella  a mi?

La vida tiene muchos matices, pero los sabores la hacen inolvidable.

Valoramos tu Opinion ⭐️⭐️⭐️⭐️馃専

Deja una respuesta

Deja una respuesta

Tu direcci贸n de correo electr贸nico no ser谩 publicada. Los campos obligatorios est谩n marcados con *

Guarda mi nombre, correo electr贸nico y web en este navegador para la pr贸xima vez que comente.